Dildo mesopotámico

 


Un internauta crea una combinación de palabras que mata de risa a algunas personas.


El concepto de humor colocacional fue usado por primera vez por la escritora danzilmaresa Selá Bí en uno de sus “Cuadernos de ideas”. Lo definía como “el humor producido por la combinación de símbolos, sobre todo de forma verbal, que no tendrían por qué combinarse, o cuya combinación sea tan aleatoria, tan fuera de lugar o de plano tan absurda, que provocara risa”. En el mismo escrito siguió ahondando en este humor colocacional hasta que, tal vez sin proponérselo, hubo creado suficiente material que sería la fuente de futuros escritos de ella misma y de otros. Algunos de sus cuentos posteriores se caracterizarían por usar ejemplos de humor colocacional en sus títulos, nombres de personajes y lugares. Su obra más famosa de este estilo fue su cuento “Nariz de cangrejo”, en el cual el personaje principal, un niño llamado “Hipopótamo”, descubría que todos los tipos de colocados que se le ocurrían por alguna razón se materializaban en la realidad, sin importar lo ilógicos que fueran, de ese modo le hizo salir branquias a un mandril, pelos a un pez y caspa a un pollito.
El humor colocacional pronto alcanzó gran fama entre los lectores de Selá Bí, y no tardaron en apoderarse de esta forma de humor para su vida diaria. No obstante, tal y como Selá Bí había descrito en sus “Cuadernos”, el humor basado en colocaciones podía llegar a ser muy gracioso al punto de arrancar carcajadas, pero también advertía que, más frecuentemente que no, podía dar por resultado las formas más patéticas de intento de comedia, no sólo por no hacer reír sino por dar vergüenza ajena. Y es que era tan fácil sucumbir a las fáciles tentaciones de lo simplista, lo escatológico o al juego obvio de palabras, que muy pronto el concepto de humor colocacional, a causa de estas debilidades perpetradas por los fans, se ganó pronto la fama de ser una moda ridícula más de internet, y sus defensores tachados de inmaduros que buscaban atención. No obstante, varias comunidades en línea seguían abiertas a la esperanza de usar el humor colocacional de manera seria, como una fuente auténtica de humor inteligente. Se hicieron concursos donde se ofrecían pequeños premios, y retos en los que se tenía que improvisar la mayor cantidad de chistes colocacionales en menos tiempo, e incluso llegó a salir una convocatoria para publicar en un libro los mejores colocados de la red.
Al igual que con casi todas las modas y subculturas de internet, no faltaron los internautas que empezaron a ver el humor colocacional con ojos obsesivos, hasta tal punto que no pasaba día en que no compartieran con el mundo varios de los chistes colocacionales que se les ocurriera, todo con el propósito de encontrar la combinación de palabras definitiva para provocar la risa. Los había especializados en combinar sólo dos palabras, otros combinaban tres, algunos añadían preposiciones o hacían sintagmas más complejos, pero era una opinión casi universal que entre más largo fuera la combinación de colocados, más probabilidades había de que no fuera gracioso. Surgieron foros y blogs hablando sobre qué tipo de vocabulario era más efectivo al combinarlo con otros tipos de vocabulario, y cuales era preferible evitar o usar con mucho cuidado, pues un ligero cambio en una de las palabras era la diferencia entre un colocado gracioso y uno estúpido.
Por supuesto, esta nueva moda del humor colocacional no era más que otra del montón en internet, una que, por más pequeña que se hubiera vuelto su comunidad, se resistía a morir. Sin embargo, un suceso sorprendente la hizo estallar casi de la noche a la mañana, posicionándola de nuevo bajo los reflectores de la cultura internetera, e incluso más allá. Las repercusiones de lo que sucedió, desafortunadamente, sacaron a la luz lo terrible que el lenguaje puede ser cuando se le da el suficiente poder.
Lo que ocurrió fue que, en un foro bastante conocido de Danzílmar, un usuario identificado con el pseudónimo de Inbáing empezó a abrir entradas explicando que se había propuesto a descubrir el mejor chiste de colocados del mundo. Argumentaba, refiriéndose a por qué decía que iba a descubrir en vez de inventar, que “el lenguaje es inventado, pero todo lo que hagamos con él es descubrimiento”. Durante meses abrió decenas de hilos en los que exponía sus “descubrimientos colocacionales”, así como algunas reflexiones sobre comentarios de Selá Bí en torno a las clasificaciones de los colocados. En un hilo decía: “La autora hizo bien en separar el humor colocacional del ocasionado por los juegos de palabras y otros más relacionados con la fonología, ortografía y gramática. El humor colocacional debe estar únicamente fundado en el léxico y sus relaciones semánticas”. En otro lugar decía: “El humor colocacional tiene como objetivo la emisión o creación de una idea nueva, una quimera semántica que abra la posibilidad hacia una expansión de la realidad, por eso su principal objetivo, por extraño que parezca, no debería ser causar risa, sino inspirar”. Sus comentarios obviamente fueron causa de acuerdos y desacuerdos entre las pequeñas comunidades que se interesaban por aquella moda. No habría pasado realmente nada más interesante con el tal Inbáing si no fuera porque un día publicó en un hilo el siguiente comunicado:

***

“Tengan buenos días.
No soy el propietario de la cuenta Inbáing. El propietario original era mi hermano, el cual lamento anunciar que murió hace algunos días. Son las circunstancias de su muerte, y la relación que tiene con el humor colocacional, lo que me impulsa a hacerles saber un poco sobre mi hermano y lo que lo llevó a la muerte.
Su nombre era Wéishen, estudiaba filología danzilmaresa en una universidad de nuestra ciudad. Había sido un gran fan de Selá Bí, y pronto adquirió una obsesión muy fuerte por su humor de colocados. Durante meses esa obsesión llegó a marearnos a mí y a los demás miembros de mi familia; constantemente lanzaba chistes de colocados al aire y preguntaba si nos había parecido gracioso, aunque a veces le preocupaba más que fuera reflexivo o simplemente extraño. Ya sea que nos pareciera bueno o malo, siempre pedía explicaciones de por qué o por qué no lo era, y casi nunca quedaba satisfecho con nada incluso si nuestras risas eran auténticas, siempre regresaba a su cuarto como molesto o como si fuera él quien estuviera harto de que no nos lo tomáramos tan en serio como él. La verdad casi no hablaba con nosotros sobre lo que hacía aquí en este foro, simplemente se limitaba a comentarnos esporádicamente que algunos de los chistes que nos había contado habían sido bien recibidos o muy criticados. Una vez me dijo que no había podido dormir toda una noche porque estaba a punto de dar con el chiste de colocados perfecto, y durante las semanas siguientes su rostro se tornó ojeroso y pálido. Nos estábamos preocupando y ya habíamos planteado la posibilidad de llevarlo con un psiquiatra, pues su obsesión llegó a tal punto que varias veces llenó una de las paredes de nuestra habitación con cientos de hojas de cuadernos con diversas palabras escritas en ellas, y las observaba todas como si fueran un mapa o como si buscara relaciones entre ellas, y al mismo tiempo musitaba cosas que sólo él entendía. Yo me sentí personalmente inquieto cuando por las noches empecé a escucharlo murmurar puras palabras sueltas (él dormía en la cama de arriba), por esa razón lo confronté, le grité incluso que ya estaba perdiendo la cabeza por una moda de internet que sería olvidada pronto. Después de eso pareció calmarse y se mostró resignado, dijo que tenía razón, y al día siguiente se deshizo de las hojas de la pared. Poco a poco comenzó su recuperación. No quisiera sobreestimar la eficacia de mi regaño durante aquella noche, pero durante un tiempo todos creímos que fue debido a eso que empezó a dormir mejor y a comportarse de manera normal; ya no nos mencionaba los colocados ni nos hablaba de nada que tuviera que ver con este foro. Ahora que lo veo todo desde ahora, tengo la impresión de que solamente llevó su obsesión a un nivel más privado, mejor escondido, que permaneció invisible para nosotros, lo cual al parecer fue incluso más peligroso.
El día antes de morir estaba normal; habló de sus proyectos en la universidad y de otras cosas sin importancia. Sin embargo, me pareció que comió menos de lo usual, y algunas veces, tal vez recuerdo mal, tuve la impresión de que se reía por nada; no eran risas evidentes, sino muy pequeñas, casi inaudibles, que asemejaban al hipo o a una tos falsa. En ningún momento habló sobre los colocados. Nos fuimos a dormir normalmente; no lo oí murmurar. En la madrugada me despertó una risa. Era una risa que aumentaba en intensidad que primero me recordó a cómo se reía cuando le hacían cosquillas de niño, pero entonces se volvió más aguda, agónica y desesperada. Muy pronto se volvieron alaridos de risa que aumentaron hasta parecerme gritos de tortura. Me levanté sobresaltado y encendí la luz. Mi hermano estaba sentado sobre su cama protegiéndose el abdomen con los brazos y con la cara contraída en una desagradable mueca de risa dolorosa. Grité qué le pasaba, si se había lastimado, pero él, incapaz de contestar por la risa, bajó de un salto de la cama; casi se da de cabeza con el piso. Como si combatiera contra un poderoso veneno que le hiciera reír, se arrastró hacia su escritorio. Para ese momento ya habían despertado nuestros padres y tocaban la puerta, espantados por lo que parecían ser gritos de agonía; tiempo después me dijeron que creyeron que a alguien le habían cortado un dedo de lo desgarradores que se oían los gritos. Casi al mismo tiempo que entraron a nuestra habitación, mi hermano se las arregló para tomar lápiz y papel y, sin dejar de lanzar esa risa endemoniada, escribió algo poniendo toda la vida que le quedaba en controlar el lápiz, y al mismo tiempo su piel se alternaba entre un rojo intenso y un pálido de muerte. Nuestro instinto como familia fue acudir a él para intentar estabilizarlo, mi madre corrió a llamar una ambulancia, mi padre y yo lo obligamos a recostarse en el suelo e intentamos tranquilizarlo diciéndole de todo. Minutos después, mi hermano había adquirido una expresión de risa repugnante, que sólo puedo comparar a los estados más graves de alguna intoxicación por drogas, o como si algún ser invisible lo estuviera ahorcando. La risa dejó de oírse; se apagó en cuanto sus pulmones perdieron la capacidad de absorber aire, pero eso sólo le hizo abrir todavía más la boca con una carcajada silenciosa final. Entonces empezó a quedarse quieto. Mi padre y yo no sabíamos qué hacer. Mi madre regresó y casi se desmaya al ver a mi hermano pálido, con la quijada casi desencajada y los miembros rígidos. Antes de que la ambulancia llegara, mi hermano ya había muerto.
La causa de su muerte se debió a un infarto, y aunque no lo hubiera tenido es probable que la asfixia provocada por la risa continua lo hubiera matado.
Días después del funeral, estando yo solo en nuestro cuarto, volví a ver el cuaderno en el que mi hermano había escrito algo antes de morir. De hecho era un cuaderno lleno de ejemplos de chistes de colocados, también con algunas reflexiones sobre el tema. En la última página encontré el último chiste que había escrito, así como su nombre de usuario en este foro y su contraseña. Entendí que su último deseo era que ese último chiste, que lo había llevado a la tumba, fuera conocido por todos aquí, y eso es lo que vine a hacer.
Debo aclarar también que en un primer momento no me di cuenta de que lo que había escrito se suponía que fuera un chiste, de hecho me paralicé de miedo cuando pensé que ésa era su intención, pero al ver que no me empezaba a reír hasta morir, lo analicé mejor y concluí que era una estupidez: no me causó la más mínima risa, es más, me causó un tremendo coraje pensar que mi hermano había encontrado tal tontería lo suficientemente graciosa como para morir por ella. La única razón por la que se los voy a compartir es precisamente porque es tan malo que no hay manera de que nadie más resulte afectado por él, y si mi hermano no hubiera dejado el indicio de que quería que los de esta página lo conocieran, no me habría molestado en escribir todo esto.
No quiero volver a hablar de colocados nunca más. Terminaré este post con el colocado de mi hermano.

***

“Chiste de colocados se vuelve viral y ya ha matado a más de veinte personas”
“El chiste de colocados que tiene 50% de probabilidades de matarte, ¿te atreves a leerlo?”
“Escándalo después de que se volviera viral un chiste de colocados que ya ha matado a varias personas”
“Es un chiste estúpido, ¿cómo podría alguien morirse por él?”
“Un amigo mío se murió después de que leyó ese chiste, ¡elimínenlo antes de que más gente lo vea!”
“No me voy arriesgar a leerlo”
“Nuevo reto de internet: leer el colocado maldito”
“…Entonces voy a leer el llamado colocado maldito, que según dicen puede parecerte tan tonto que no te haga nada, o puede resultarte tan gracioso que te mate de risa literalmente”
“Videoblogger muere en directo tras leer el colocado maldito”
“El colocado maldito ya ha cobrado la vida de más de doscientas personas. Muchas de las páginas que lo publicaron han sido dadas de baja temporal por las autoridades y se desalienta a los internautas buscar cualquier información sobre el chiste”
“Internet bloquea toda referencia al colocado maldito. Es ahora imposible localizarlo desde un buscador”
“Un grupo de personas que leyeron el colocado maldito sin morir abren comunidad para seguirlo viralizando”
“¿Qué le pasa a esa gente que sigue escribiendo el colocado por todas partes?”
“A un año del surgimiento del colocado maldito, ya son más de quinientas personas las que han perdido la vida por leerlo, entre ellos se incluyen varios menores de trece años”
“Hemos tomado medidas, pero internet sigue sin ser seguro”
“Se sancionará con cárcel a todo aquel que mencione o escriba cualquier cosa relacionada al llamado colocado maldito”
“Una cadena vuelve a hacer viral el colocado maldito. La cadena se envía a las cuentas de correo electrónico aparentando provenir de alguna dirección conocida tomada de las direcciones del usuario. Al abrirla aparece el colocado maldito en el cuerpo del mensaje”
“La cadena que publicaba el colocado maldito ha sido contenida, aunque se teme que todavía pudiera aparecer en los buzones de entrada. Se alienta a tener mucho cuidado y a eliminar todo mensaje extraño”
“La cadena viral cobra la vida de más de cien personas”
“¿Conoces el chiste por el cual te podrían meter a la cárcel? Hace más de un año se hizo viral un chiste de colocados que era tan gracioso para algunas personas que terminaban muertas. Hoy en día, la reproducción de ese chiste ha provocado cuentas suspendidas, arrestos e incluso el cierre de algunas páginas, pero ¿cuál es el origen de ese chiste, quién lo inventó, qué pasó con esa persona? Recientemente una persona publicó la historia que había sido publicada en el foro donde el chiste comenzó. Alegando ser una de las personas que no encontró el chiste gracioso, había copiado el mensaje original escrito por el hermano del inventor del chiste. La historia la conservó después de que el foro hubiera sido eliminado por las autoridades y ahora la comparte de forma íntegra salvo por el chiste maldito. En este video vamos a leer esa historia”
“Jóvenes matan a compañero de colegio diciéndole el colocado maldito… las chicas, que habrían sido inmunes al colocado, en un arranque de ira empezaron a gritar el colocado maldito a una compañera, provocándole la muerte…”
“Más casos de muertos después de ser “atacados” con el colocado maldito por parte de personas inmunes”
“El colocado maldito es usado como arma durante ataque a banco”
“Crece la preocupación de que el colocado maldito avance más allá de internet”
“Tragedia ocurrida en un centro comercial después de que un grupo enmascarado colgara una manta con el colocado maldito en el centro de la plaza. Los muertos ascienden a 84”
“Grafitis con el colocado maldito aparecen en las calles de varias ciudades. El transito ha tenido que ser detenido y los ciudadanos tienen miedo de salir”
“Detenido hombre que se puso a gritar el colocado maldito desde una azotea”
“Hombre detenido por gritar el colocado maldito se rehúsa a dejar de hacerlo. Se ha recomendado extraerle la lengua quirúrgicamente”
“Aumenta el pánico de que la gente inmune al colocado pueda usarlo para cometer actos delictivos”
“Más de la mitad de la población admite no sentirse segura en presencia de los inmunes al colocado”
“Entrevista a un inmune al colocado: Muchos de mis amigos ya no quieren estar cerca de mí”
“Aumenta el número de inmunes al colocado maldito que acuden a clínicas de memoria para intentar olvidarlo. Dicen que no importa si acaban perdiendo parte de las memorias de sus vidas, cualquier cosa es mejor que seguir recordando el colocado maldito”
“El gobierno alienta a la ciudadanía inmune al colocado a asistir a terapias para eliminar el colocado de sus memorias”
“Inaudito suceso: el colocado maldito apareció grabado con letras gigantes en la luna”

***

Para evitar desgracias, mis alter egos y yo hemos decidido publicar esta historia sólo en los universos en los que el colocado maldito no sea considerado gracioso por nadie.



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