Codex Buranus 23: Dulcissime
Me entrego a ti.
Todo se ha detenido excepto para Yamé y Wéishen. Los demás están en silencio reponiéndose de sus viajes. Acostados uno al lado del otro, algunos aún se abrazaban y manipulaban con suavidad mientras las respiraciones se tranquilizaban. El mundo está mudo excepto por las voces de la garganta de Yamé, que con dulcísimos cantos agudos se entregaba por completo a Wéishen.
Comentarios
Publicar un comentario