Codex Buranus 2: Fortune Plango Vulnera
Lloro por las ofensas de la fortuna.
Ojitos rebosantes de líquido salino cuando, sentados en sus escritorios, se les niega el permiso del descanso.
“Qué suerte tienes, no descuides tu genialidad, debes cultivarla desde ahora”,
“La fortuna te ha tocado, no la desperdicies con los que no la tienen”.
Otros se emocionan, pues diferentes y elevados se sienten.
“Puedes adelantar la siguiente lección”.
A los que con ardor aprenden, pronto en su propio sueño creen hallarse, pues de movimiento sus voluntades no están provistas.
“¿Sigues estudiando hasta esta hora?”
Si no, ¿cómo seguiría sabiendo? Debo aprovechar el regalo que la suerte perversamente me dio a mí, quitándoselo a alguien más.
“No tendrás problemas para pasar el examen de Ítumi”.
“¡Si no sigues, no podrás pasar el examen de Ítumi!”
“¿Estás seguro de que pasarás el examen de Ítumi?”
Pero tras dos años de intensa fortuna, hasta el mayor amante del conocimiento siente que se harta de ella.
Está escrito que el que ama el conocimiento estudiará.
Pero en ocasiones la cabeza se queda sin cabello.
Avanza el frío de enero y febrero. Parciales y proyectos van y vuelan. Mantienen sus caras serenas ante los libros, profesores y padres.
Los que de pequeños se sentían con su fortuna en el trono del mundo, acostumbrados a saberse prósperos y coronados de felicidad en el futuro, desde hace tiempo se sienten ya desplomados, y privados del deseo de una gloria futura.
Más aun así se compite; eso nunca morirá, aunque en el fondo lo mismo les dé el primero y el último lugar.
Y a la vez se confabula: los grupos se pasan información, que al llegar la primavera se organizarán las tertulias de los terceros años, contrapuntos para la vida que muestran al resto del mundo.
Pero por ahora pretenden.
Hacen creer al mundo que están en un campo de batalla.
“Sacaste el primer lugar”.
“¡No sacaste el primer lugar!”
“¿Por qué no sacaste el primer lugar?”
Y en las pizarras de la zona común se exhiben los promedios mensuales de todos los alumnos, divididos por grupos y grados.
Y se hacen los orgullosos y los heridos frente a los profesores y padres.
Que crean que son humillados por sus caídas.
Que crean que el primer lugar se eleva a las alturas.
Que crean que están exaltados por el rey que se alza en la cima.
Que crean que lucha por evitar la ruina.
Que crean que será una desgracia cuando encima se lea que otro reina.
Interesante episodio, al igual que otras entradas de este blog. Un saludo de ANTIGÜEDADES DEL MUNDO
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