Codex Buranus 9: Were Diu Werlt Alle Min
Si el mundo fuera mío...
Las bocas y ojos se abrieron incrédulos y atónitos cuando Yamé y Wéishen empezaron a caminar hacia los trampolines a ambos extremos de la alberca. Los faunos y las ninfas se agruparon cerca del trampolín hacia el cual su rey y reina subían, y con los ojos los acompañaron en su rápido acenso. Cuando Yamé y Wéishen llegaron a su respectiva cima, ya todos los ojos y bocas estaban alzados hacia ellos.
“Si me perteneciera Danzílmar...”
Y ante la maravillosa realización, las chicas ninfas formaron un círculo debajo del trampolín de Wéishen; los faunos debajo del de Yamé.
“Si Danzílmar fuera mío, desde Yazalá hasta Génd...”
Yamé y Wéishen se aproximan a la orilla. La primera con solemnidad y gracia, emanando toda su realeza y divinidad. El segundo con porte firme y dominio, sonriendo con carisma y seguridad.
“Si yo poseyera Danzílmar, desde la isla de Yazalá hasta la de Génd, con todo gusto lo entregaría. ¡Todo, todo lo daría con el más intenso de los placeres...”
Ambos levantan los brazos, exponiéndose al sol y al viento, y cierran los ojos. Debajo todos tienen la mirada temblorosa y la respiración agitada, las sonrisas desesperadas y los labios apretados.
“...para que el rey y la reina de Danzílmar...”
Todos ahogan un grito en cuanto Yamé y Wéishen emprenden el vuelo y se dejan arrastrar entregados hacia el agua.
“...yacieran entre mis brazos!”
Penetran ambos cuerpos en el agua, en medio de sus círculos de ninfas y faunos, los cuales se abalanzan sobre ellos cual pirañas y comienzan a devorar sin respeto ni compasión los cuerpos de sus reyes. De nuevo el agua hierve y se revuelca en torno a los reyes que complacientes se dejan adorar, suspendiendo y rindiendo su vergüenza ante las decenas de manos que los reclaman.
Ya nada detuvo los gritos de euforia.
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