Codex Buranus 19: Si Puer Cum Puellula



Si un muchacho y una muchacha yacen en una habitación...



Óira fue la última en salir de las duchas, pero fuera se encontraba Dézen. De nadie salió palabra alguna cuando se encontró empujada de vuelta hacia las duchas, y dio un brinco al escuchar la puerta cerrarse de golpe. Dézen se encontraba frente a ella, suspirando y desesperado. Los pulmones de Óira imitaron esos suspiros, su mirada se pegó a la suya.
“Eran el muchacho y la muchacha encerrados solos en una habitación.
Si eso ocurre, esperemos que sea feliz su unión.”
Dieron a la vez un paso hacia el otro, pues sabían qué ahí donde hay dos, y hay a la vez candor e intimidad, la naturaleza dicta que debe haber una unión.
“La prudencia, el tedio, la seriedad se desvanecen.”
Los brazos se entrelazaron. En medio de ellos toda vergüenza es desechada.
“El cuerpo se pone a demandar atención
Exige al cuerpo del otro que calme ese nuevo ardor.”
Comenzó un juego caótico, inefable, indescriptible, carente de orden y estética, entre sus brazos, sus dedos, sus lenguas, sus labios, sus piernas, sus espaldas.
Sabían que todo eso debía pasar, si el uno yaciera con la otra en una habitación. La realidad dictó y ellos obedecieron.
Sea feliz su unión. 

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